La historia y el proceso detrás de esta noble profesión
Como bien se sabe, la ginecología es la práctica médica que se ocupa de la salud de los sistemas reproductivos femeninos, desde la vagina, el útero, hasta los ovarios y los senos. Pese a que algunos crean que es una rama médica moderna, en realidad su práctica está asentada desde tiempos remotos, tal y como veremos a continuación en esta nueva entrada del blog del Dr. Arturo Moyers, ginecólogo DF con amplia experiencia.
El término “ginecólogo” es bastante sugerente, ya que significa “la ciencia de la mujer”; mientras que su contraparte es la andrología, la cual se ocupa de problemas médicos específicos del sistema reproductivo masculino. Cabe agregar que casi todos los ginecólogos modernos son también obstetras y en muchas áreas, las especialidades de ginecología y obstetricia se superponen.
La historia de esta rama de la medicina es sumamente remota, pues cuenta con antecedentes asentados desde tiempos de la antigüedad. Por ejemplo, el Papiro ginecológico de Kahun, tiene una fecha que data del año 1800 a.C. en cuyas líneas se habla sobre algunas quejas de las mujeres: fertilidad, embarazo, enfermedades ginecológicas, anticoncepción, etcétera. Este texto se encuentra dividido en 34 secciones, y en cada una de ellas se explica un problema específico, además estos contienen diagnósticos y tratamientos. Sin embargo cuando se refiere a los tratamientos, estos no son quirúrgicos, sino que se describen de manera específica por medio de la aplicación de medicamentos en la parte del cuerpo afectada o la deglución. Cabe mencionar que en este texto, el útero se presenta como una fuente de problemas que se manifiestan en otras partes del cuerpo. Otro trabajo posterior es el Corpus Hipocrático, en este texto se establecen múltiples tratados ginecológicos cuya antigüedad data de los siglos V y IV a.C.; en la Grecia clásica también se publicaron trabajos que describían los males de la mujer, por ejemplo, Aristóteles en siglo IV a.C. publicó una serie de estudios médicos con descripciones de biología que pueden localizarse en algunos textos de la Historia de los animales, Partes de los animales, y Generación de los animales. El tratado ginecológico Gynaikeia por Sorano de Éfeso (siglo I o II d.C.) es otro ejemplo existente, este es el estandarte principal de la escuela de médicos conocida como los “Metodistas”.
Siglos más adelante apareció J. Marion Sims, quien es considerado por muchos como el padre de la ginecología moderna, aunque actualmente es criticado por algunas prácticas que llevó a cabo, pues desarrolló algunas de sus técnicas realizando cirugías con esclavos, muchos de los cuales no recibían anestesia; Sims practicó operaciones a doce mujeres esclavizadas en su clínica-hospital que estableció en el patio trasero de su casa, esto lo hizo durante cuatro años. Cuando realizaba las operaciones, invitaba a médicos y estudiantes con el fin de que presenciaran las operaciones invasivas y dolorosas, mientras que las pacientes se encontraban expuestas. Por ejemplo, cabe mencionar que en una de las mujeres, llamada Anarcha, este le practicó hasta trece cirugías, y todas ellas sin anestesia. En los cuatro años que realizó estas cirugías, los médicos y estudiantes perdieron interés en ayudarlo. Esto ocasionó que las demás mujeres esclavizadas, que se estaban curando de cirugías pasadas, lo apoyaran en sus operaciones. Posteriormente, en 1855 Sims fundó el Hospital de la Mujer en Nueva York, conocido como el primer hospital específicamente para trastornos femeninos.
Ahora bien, con respecto a los tratamientos de hoy en día, las mujeres regularmente primero deben acudir en primera instancia con su médico general (médico de cabecera, también conocido como médico de familia) antes de visitar a un ginecólogo. Si su condición requiere entrenamiento, conocimiento, procedimiento quirúrgico o equipo no disponible para el médico de cabecera, la paciente es entonces canalizada con un ginecólogo. Eso no aplica siempre, ya que en algunos países la ley, así como muchos planes de seguro de salud, permite a los ginecólogos brindar atención primaria además de aspectos y métodos de su propia especialidad. Con esta opción disponible, algunas mujeres optan por visitar a un cirujano ginecológico para problemas no ginecológicos, sin la remisión de otro médico.
Como en toda práctica médica, las herramientas principales del diagnóstico son la historia clínica y el examen. El examen ginecológico es bastante íntimo, más que un examen físico de rutina, también requiere una instrumentación única, como el espéculo, que es un aparato que se compone por un par de hojas con bisagras de metal cóncavo o plástico que se utilizan para retirar los tejidos de la vagina, y con esto se permite la realización de un examen del cuello uterino, es decir de la parte inferior del útero que se encuentra ubicada dentro de la parte superior de la vagina.
Los ginecólogos generalmente realizan un examen bimanual, en el cual apoyan una mano en el abdomen mientras tienen la otra en la vagina de la paciente para palpar ligeramente el cuello uterino, el útero, los ovarios y la pelvis ósea. No resulta inusual hacer un examen rectovaginal para una evaluación más completa de la zona de la pelvis, y más si llegan a apreciarse masas sospechosas; los ginecólogos masculinos por lo regular cuentan con una acompañante femenina para su examen, de modo que la paciente no se sienta incómoda. Se puede utilizar una ecografía abdominal o vaginal para confirmar cualquier anomalía apreciada en el examen bimanual, o cuando lo indique el historial del paciente.
Algunos ejemplos de las condiciones que son tratadas por un ginecólogo DF son: cáncer y enfermedades precancerosas de los órganos reproductores -incluidos los ovarios, las trompas de Falopio, el útero, el cuello uterino, la vagina y la vulva-, incontinencia de orina, amenorrea (ausencia de períodos menstruales), dismenorrea (períodos menstruales dolorosos), esterilidad, menorragia (períodos menstruales abundantes); una indicación común para la histerectomía, prolapso de órganos pélvicos, infecciones de la vagina (vaginitis), cuello uterino y útero (incluidos hongos, bacterias, virus y protozoos), UTI, enfermedad inflamatoria pélvica, síndrome premenstrual, entre otras enfermedades vaginales. No está de más señalar que llega a haber algo de cruce en estas áreas, por ejemplo, una mujer con incontinencia urinaria puede ser remitida a un urólogo.
¿Necesitan el respaldo de un ginecólogo DF con años de experiencia y que atienda todos los padecimientos señalados? Entonces contacten al Dr. Arturo Moyers, un gran experto quien cuenta con un gran equipo en su clínica, con la mejor capacitación y confianza ginecológica para prevenir padecimientos que tengan que ver con la salud femenina. Esperamos que esta información haya sido de su total utilidad, por ahora nos despedimos no sin antes invitarles a que contacten al Dr. Moyers para solicitar consultas de valoración.